Por las montañas vas como viene la brisa
o la corriente brusca que baja de la nieve
o bien tu cabellera palpitante confirma
los altos ornamentos del sol en la espesura.
Toda la luz del Cáucaso cae sobre tu cuerpo
como en una pequeña vasija interminable
en que el agua se cambia de vestido y de canto
a cada movimiento transparente del río.
Por los montes el viejo camino de guerreros
y abajo enfurecida brilla como una espada
el agua entre murallas de manos minerales,
hasta que tú recibes de los bosques de pronto
el ramo o el relámpago de unas flores azules
y la insólita flecha de un aroma salvaje.
Pablo Neruda
Toda la luz del Caúcaso cae sobre tu cuerpo, y cada día más, llena de luz tú estás, y yo, enamorado de la luz, me arrimo a ti como un ascua al calor del fuego.
ResponderEliminar¡Qué buena vista hay en lo alto de las montañas!, tus montañas...¡Buen cuadro!.