viernes, 6 de diciembre de 2013

Se abre la luz



Se abre la luz tras la tormenta.
Mis pies fríos y mojados
atardecen en la Tierra.

                                                                                          Heba



domingo, 1 de diciembre de 2013

Tomo Refugio




Tomo refugio en vuestro abrazo
esperando la tormenta de estío.
Mis pies en la Tierra.

                                                                         Heba

viernes, 27 de septiembre de 2013

Pequeña flor




Pequeña flor
vacía y llena
temporal y eterna.

                                                            Heba


jueves, 5 de septiembre de 2013

Lléname de Amor




Menguante es mi oscuridad
y nueva mi danza
cuando la luna creciente
me llena de su luz

                               Heba                                                                        


sábado, 22 de junio de 2013

Profunda Atracción






Profunda atracción
que me arrastra como una ola
y me sumerge en su mar.

                                                                                       Heba


lunes, 3 de junio de 2013

Otoño Desnudo





Otoño desnudo:
los colores de tu bosque
se funden en mi ser

                                                                             Heba


lunes, 6 de mayo de 2013

Flores en mi






Canta el mirlo
a la primavera de rosa roja
que baña mi espalda.

                                                                                 Heba

lunes, 15 de abril de 2013

Amanecer de estío







Amanecer de estío:
el aroma del bosque me envuelve
invitándome a enraizar en él.
                                                                                              
                                                                                                    
                                                                                                                Heba



domingo, 31 de marzo de 2013

Después de la lluvia


Luz 29

"He mirado la mar, olvidándose allá, convirtiéndose en cielo.
He escuchado el sonido del viento paciendo la hierba mojada.
He dejado caído mi cuerpo entre flores azules, cerrado los ojos,
y he soltado las riendas del alma".

José Hierro

lunes, 18 de marzo de 2013

Soledad


Un reino remoto
(En memoria de Ángel Luis)


La tarde muestra una luz pálida
que viene de un reino remoto.
Muy silencioso y quieto, tiene
lo lejano como lo próximo
no sé que calidad de sueño
que acaso está solo en mis ojos.

Voy por los campos que se funden
en la gran soledad. Me asomo
al agua: tiene a flor de ola
su cantar para mí. Y no logro
con las manos del corazón
tocar su verde misterioso.

Busco, detrás de lo evidente,
el zumo de los sueños. Rozo
con mi mano la hierba fina
como un metal maravilloso.

Golpeo con el corazón
el tronco duro de los olmos.
Pido tan solo una palabra
que me salve. Pido tan solo
una palabra.
                  Y así sé
que nos vamos quedando solos.

Me parece que todo huye,
que se aleja a un golpe loco.
(Y nos vamos quedando solos.)

Pedimos, pero no encontramos
lo que ha sido tan de nosotros.
(Y nos hemos quedado solos.)

Más aún acecha otra manera
de soledad, un doloroso
remate de la soledad.
Cuando alguien muere, cuando todo
confabulado nos olvida
y queda nuestro mundo roto;
cuando llamamos, cuando no
nos resignamos, es hermoso
sentir el alma dolorida,
porque así sabemos que somos.

Pero si el alma se serena,
entonces sí que acaba todo:
nos quedamos sin el que fuimos
que no podía vivir solo.
Es contemplar sin rebelarse
cómo nos roban nuestro oro:
el metal que alegra la vida
como el fuego alegra el otoño.
Y preguntamos y pedimos
la palabra que hiere, sólo
una palabra, únicamente
esa palabra; y en el fondo
del agua, encima de las nubes,
en cada gesto, en cada gozo
que levanta la primavera
intentamos nuestro retorno.

Es imposible conseguir
detener lo que pasa en torno.
Ríos que trazan nuevos arcos
para alejarse de nosotros;
nuevas estrellas, nuevos siglos
que caen al fondo;
nuevas almas, hechas a costa
de las antiguas; sones sordos
que fueron músicas, mañanas
que cifraban lo más hermoso.
Irán perdiendo su sentido.
Las llevaremos en el fondo
eternamente secas, muertas
eternamente. (Sin los ojos
juveniles que las miraban
se irán borrando poco a poco).

Pero yo me rebelo y lucho.
Yo sostengo mi cruz al hombro,
yo sé así, cuando siento el peso,
que no estoy solo.

José Hierro



martes, 5 de marzo de 2013

La intuición


"La intuición se basta a sí misma; por eso lo que ha surgido puramente de ella y se ha mantenido fiel a ella, como la obra de arte auténtica, no puede nunca ser falso ni ser refutado por ninguna época: pues no ofrece ninguna opinión, sino la cosa misma"

Arthur Schopenhauer


sábado, 23 de febrero de 2013

La mirada del Maestro


Interpretación del Autorretrato de Rembrandt


"Las obras de Rembrandt poseen el misterio y la capacidad de que ante ellas nos surjan múltiples interrogantes; esto solamente ocurre ante artistas creadores, en donde existe algo más que narración. Nos obligan a entrar en su personalidad, en su mundo pleno de capacidad. [...] Como pintor de retratos, Rembrandt nos proporciona la ocasión de descubrir al hombre en su intimidad, de conocer su subconsciente. Desarrolla todo un proceso de interiorización en el hombre y en las cosas, empezando por él mismo. Descubre verdades, ampliando la visión del hombre. [...] Alcanza la captación de la intangible esencia de lo humano de manera especial en sus numerosos autorretratos, en los que queda patente su conciencia de individuo único e irrepetible y su inexorable caminar hacia la muerte. Los realizados poco tiempo antes de morir, 1668 y 1669, son un grito sordo del individuo derrotado, pero a la vez de una colosal humanidad" . 

Juan Carrete Parrondo:  Rembradt. Los grandes genios del Arte. Madrid, 2004, pp.  8-12.


Algunos de los grandes pintores del siglo XX, se obsesionaron por los últimos autorretratos que Rembrandt realizó. Y al igual que Oscar Kokoschka, yo también lo descubrí por primera vez en un día de invierno en Londres, en la National Gallery. El lienzo ejercía una poderosa atracción sobre mi, los ojos del maestro me miraban mientras yo iba descubriendo cada pincelada suya, observando como su piel surgía de la oscuridad,  su pelo se deshacía en la penumbra, y su mirada reflejaba todo su interior... era muy difícil separarse de esa imagen que me atraía como un imán, y necesité volver a ella varías veces antes de abandonar el Museo. Ahora precisaba recrearla, aprender de ella, pintarla, o mejor dicho, pintar al maestro a través de mis propios ojos, para aprender todo lo posible de cuanto transmitió con sus pinceles. Busqué su ayuda para crecer. Y él me encontró.

Transcribiré aquí las certeras palabras que Kokoschka dejó en su autobiografía, en las que refleja su íntima experiencia, lo que él sintió ante este lienzo: "Rebrandt padecía de hipocresía, los ojos le lloraban y le fallaban con frecuencia. Pero, ¡como supo observar en el espejo el fin de su vida! En un caso así, la objetividad intelectual de un artista plástico capaz de sacar el cociente final de una gran vida y plasmarlo en un cuadro se transfiere al espectador. Esa capacidad de contemplar la propia descomposición, de verse a si mismo como un ser que se transforma en cadáver, como un ave desplumada en una naturaleza muerta, va aún más lejos que El pavo desplumado del revolucionario Goya. Pues existe una diferencia entre ser uno mismo el sujeto del proceso o que lo sea otro. Un espíritu se extingue, y el pintor cuenta lo que ve".

Juan Carrete Parrondo: op. cit. p. 12.