lunes, 28 de septiembre de 2009

Cielo y Tierra


Dicen que los cielos del mes de septiembre son de los más bonitos de todo el año. Y es cierto. Que pena que ya nos queden pocos días para disfrutarlos... Anuncian las deseadas lluvias estos cielos, lluvias que aún no han mojado la resquebrajada tierra del Aljarafe, pero que previsiblemente caerán en octubre, como todos los años. Es curioso que a veces nos llegue hasta aquí el olor salado del mar, y también que hasta que no llueve precisamente en esos mares del sur, no llega el agua hasta aquí. Mientras andaba por el campo hoy, observaba con atención las profundas grietas en la tierra en las que veces se quedaba enganchado mi palo de caminante, y mi fantasía imaginaba en lo hermoso que sería poder introducirse en una de ellas y explorar todo lo que la gran madre guarda en sus entrañas. Ver de cerca todas las raíces de aquellas plantas que tanto conocemos, llegar a las madrigueras de las liebres que siempre alegran mis caminatas, descubrir donde se esconden los meloncillos y las lombrices, e incluso encontrar donde están ubicados los nidos de los aguiluchos cenizos!
Cuando siento que el cielo y la tierra me acogen como si fuese su hija, con la que salen a pasear de la mano, es cuando realmente siento la eternidad del presente, la ausencia de dolor y la alegría de vivir en este planeta.

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