El mar de nubes envuelve las montañas
[...] Te debo el otoño marino con la humedad de las raíces y la niebla como una uva y el sol silvestre y elegante: te debo este cajón callado en que se pierden los dolores y sólo suben a la frente las corolas de la alegría [...]
Pablo Neruda, Testamento de otoño
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